Las ceramidas son lípidos esenciales (grasas) presentes en la capa superior de la piel. Representan casi el 50% de los lípidos totales en el estrato córneo. Junto con el colesterol y los ácidos grasos libres, ayudan a proteger la barrera cutánea.
Las ceramidas son el “pegamento” que mantiene unidas las células de la piel. Al formar una capa protectora, las ceramidas reducen la pérdida de humedad y protegen a la piel de los radicales libres.
Debido a su capacidad de brindar hidratación y protección, las ceramidas están en la misma categoría anti-envejecimiento que el retinol y el ácido hialurónico. Dado que el cuerpo produce ceramidas de forma natural, se consideran ingredientes idénticos a la piel. Por lo tanto, son suaves, no tienen efectos secundarios y son ideales para todo tipo de piel, especialmente para el tipo sensible, propenso al acné del tipo grasoso.
Ceramide 2 es un tipo de ceramida que realiza su función de forma eficiente y rápida. Mantiene la piel hidratada, flexible y suave. Acelera la reparación de la barrera cutánea eficientemente. Un estudio a corto plazo tomó como base a 13 voluntarios con piel seca a los que aplicaron una emulsión que contenía un 1% de Ceramide 2 y al resto un placebo.
Después de una deslipidización total (destrucción de la barrera cutánea), aquellos a quienes se les aplicó Ceramide 2 tuvieron como resultado una disminución de la pérdida transepidérmica de agua de hasta un -22% en solo 2 horas. Otro estudio a medio plazo registró que la pérdida transepidérmica de agua se redujo en casi un 51% después de 21 días de uso de una crema con Ceramide 2.
Esto confirma que la Ceramide 2 es realmente efectiva y su rendimiento mejora con el uso continuo. Al disminuir la pérdida de humedad, esta molécula ayuda a reforzar la estructura de la epidermis para resistir las agresiones externas. Como consecuencia, la piel obtiene una transformación rejuvenecedora casi instantánea y de larga duración.
Como mencionamos previamente, las ceramidas actúan como un escudo y ayudan a mantener la función de barrera protectora de la piel. Esto es muy importante porque una barrera cutánea alterada es propensa a bacterias, inflamación e irritación. Las ceramidas actúan como un escudo protector del estrato córneo.
Ayudan a mantener en equilibrio la homeostasis de la barrera cutánea y debido a su eficacia en este aspecto y a sus propiedades antiinflamatorias, varios estudios se han centrado en los roles de las ceramidas tanto en la piel sana como en la enferma.
Los pacientes con dermatitis atópica, psoriasis, eccema e incluso acné tienen niveles reducidos de ceramidas y perfiles de ceramidas alterados. Por lo tanto, la suplementación tópica de ceramidas puede solucionar esas deficiencias y mejorar la condición de la piel. Las ceramidas previenen la pérdida transepidérmica de agua (TEWL), es decir, ayudan a que la piel retenga su humedad.
Gracias a sus capacidades de retención de agua y su efecto de bloqueo de la humedad, las ceramidas revierten la deshidratación y son el ingrediente ideal para la piel seca. En un estudio sobre xerosis senil, es decir, piel seca en pacientes ancianos, se observó una mejora en la hidratación de la piel, la TEWL, el pH de la piel y las arrugas después en tan solo 7 días de tratamiento.
Otro estudio demostró que una crema a base de ceramidas disminuyó significativamente la TEWL durante 24 horas y se comprobó que no provoca sensibilidad ni irritación en la piel y los ojos. Las ceramidas nos protegen de la contaminación y los agentes estresantes externos. Los radicales libres pueden traducirse con el tiempo en arrugas. Las ceramidas ayudan a combatir los signos del envejecimiento, manteniendo nuestra piel flexible e hidratada.
Aunque el cuerpo produce ceramidas de forma natural, la edad y los daños causados por la luz ultravioleta disminuyen su producción y eventualmente reducen su efectividad en la protección de la barrera cutánea. Aparecen entonces las arrugas, irritación, y enrojecimiento cutáneo como señales reveladoras de piel deshidratada.
Los productos para el cuidado de la piel basados en ceramidas son principalmente sintéticos o derivados de plantas. También existen suplementos orales de ceramidas. Pero no son suficientemente buenos si buscas efectos duraderos. Razón por la cual surge la siguiente pregunta...
Hay diferentes tipos de ceramidas incorporadas en las formulaciones para el cuidado de la piel, y en ocasiones puede resultar complicado identificarlas. Hay nueve tipos diferentes presentes en la piel y, aunque su estructura puede diferir, su función es prácticamente la misma. La forma más sencilla de identificarlo es buscar en la etiqueta del producto la palabra ceramida, misma que puede estar bajo varios nombres (ceramida AP, NG, EOP, NS o NP).
También puedes encontrar ingredientes populares como fitoesfingosina y esfingosina. Estos son precursores de ceramidas, lo que significa que suministran los "recursos" necesarios para que la piel produzca ceramidas.
Es claro que como formulador o profesional en el cuidado de la piel, no puedes equivocarte al incluir en tus formulaciones un ingrediente tan completo como Ceramide 2. Especialmente si buscas desarrollar un producto que sea gentil con la piel delicada, donde los exfoliantes químicos o el retinol no son una opción.
Su eficacia probada la convierte en un activo indispensable para cualquier producto destinado a mantener una piel saludable y radiante.